GLAUCOMA

El glaucoma es una patología en la que se produce un daño del nervio óptico como consecuencia, en la gran mayoría de los casos, de una elevación de la presión intraocular y/o una alteración circulatoria del nervio óptico.

En el interior del ojo se produce constantemente un líquido, el humor acuoso. Este líquido proporciona el tono adecuado al globo ocular, debiendo existir un perfecto equilibrio entre su producción y su salida. Si se produce un aumento en la resistencia a la salida del humor acuoso traerá como consecuencia un aumento en la presión intraocular provocando alteraciones y destrucción en la capa de fibras nerviosas de la retina con el consecutivo daño al nervio óptico.

Por lo general el glaucoma no produce ningún tipo de sintomatología específica que prevenga al paciente, por lo que es imprescindible su detección en los controles periódicos y así poder iniciar el tratamiento de forma precoz.

Pruebas Complementarias

Existen diversas pruebas complementarias necesarias para realizar el diagnóstico de glaucoma. La más importante y que toda persona mayor de 40 años debe realizarse cada año, es una tonometría, esta prueba consiste en la medición de la presión intraocular, se considera estadísticamente normal una presión que oscile entre 10 y 21 mmHg.

Otro examen imprescindible en el diagnóstico y seguimiento del glaucoma, es la valoración de los campos visuales mediante la Campimetría Computarizada. También disponemos de una nueva tecnología introducida en los últimos años y que ha demostrado ser muy eficaz para realizar un diagnóstico precoz, se trata del Tomógrafo Retiniano de Heidelberg (HRT).

Tratamiento

El glaucoma por lo general responde bien al tratamiento médico, se utilizan colirios que el paciente debe instilarse cada día sin interrupciones para conseguir unos valores tensionales óptimos.

Una alternativa al uso indefinido de colirios es la Trabeculoplastia con Láser de Argón o con el Láser de Neodimio Yag. Con esta intervención se consigue en la mayoría de los casos, mejorar la resistencia a la salida del humor acuoso, disminuyendo de esa manera la presión intraocular-

Finalmente cuando la presión no se controla adecuadamente con colirios, con láser o con la combinación de ambos, recurrimos a la cirugía. La técnica mas utilizada es la Trabeculectomía, su objetivo es crear una nueva vía de drenaje del humor acuoso, los resultados generalmente son muy buenos, consiguiéndose una normalización de la tensión ocular con o sin tratamiento médico añadido.

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