Revisión oftalmológica en niños, cuando?
Los primeros años en la vida de un niño representa el período más crítico en el desarrollo del sistema visual. Es importante realizar una primera evaluación ocular al nacer, para descartar enfermedades congénitas, tumores, estrabismos, oclusión de vías lagrimales, etc. Habitualmente esos primeros controles los realiza el pediatra. Si no se detectan alteraciones, la primera evaluación por el oftalmólogo se puede diferir hasta los 2 años y posteriormente una segunda a los 4 años, edad en que el niño colabora de manera más activa.
Las alteraciones visuales más frecuentes en este grupo de edad son los defectos refractivos, como la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo. Estos defectos se caracterizan por provocar dificultades en el enfoque de los objetos y las imágenes que perciben, esta situación puede solucionarse con relativa facilidad mediante la prescripción de gafas correctoras, que proporcionarán una agudeza visual nítida, permitiendo un adecuado funcionamiento y desarrollo de la visión, y evitando problemas irreversibles como la ambliopía (ojo vago).
Existen determinadas situaciones en que los padres deben llevar a sus hijos a una valoración oftalmológica independientemente de la edad:
- Si el niño presenta una desviación ocular.
- Si presenta dificultad en visión lejana o cercana.
- Diferencias en la visión de un ojo respecto al otro.
- Cefaleas frecuentes.
- Ojos rojos, secreciones o lagrimeo.
- Reflejo pupilar blanquecino.
- Movimientos incontrolados de los ojos.
- Anomalía de los parpados o las pestañas.
- Antecedentes familiares de miopía, hipermetropía o astigmatismo.
- Antecedentes familiares de enfermedades oculares relevantes.
La visión en los seres humanos es un proceso complejo, una buena visión no se mide solamente por la agudeza visual, sino también por otros factores que convierten la visión en una destreza aprendida durante el desarrollo y que capacita al niño para obtener información, identificarla, interpretarla y comprenderla. Los niños que no tienen una buena agudeza visual suelen tener dificultades en el aprendizaje, en los deportes, o incluso en las relaciones sociales con otros niños.
Dr. Gustavo Vincent Pérez