La mezcla de cloro, sudor y orina en las piscinas, causan irritación ocular

 

CEDILÁS OFTALMOLOGÍA

Estamos en pleno verano, las piscinas a tope y con ella las partidas de cartas al sol, las siestas a la sombra y los refrescantes chapuzones. Hasta ahí, todo suena muy bien. Pero ¡cuidado! el “pack” también incluye otros aspectos no tan bienvenidos, como la rojez  y picor en los ojos, no culpes al exceso de cloro. La verdadera causa que explica estas molestias, son las cloraminas, un compuesto químico que se genera por la presencia de orina y sudor en el agua.

 

Ojo rojo: clasificación, síntomas y tratamiento

 

El cloro es un desinfectante utilizado en piscinas para mantener el agua limpia y libre de bacterias. Sin embargo, también puede irritar los ojos, especialmente cuando se encuentra en niveles elevados. El cloro libre que está en el agua se combina y reacciona s con compuestos ricos en nitrógeno como el sudor y la orina, formándose productos químicos irritantes, como las cloraminas, que pueden causar enrojecimiento y picazón ocular.

Especialistas en oftalmología advierten, de que a mayor exposición a este tipo de elementos, se incrementa el riesgo a sufrir problemas oculares. La recomendación no pasa solo por limitar el tiempo que pasamos bajo agua, sino por tomar medidas que minimicen los efectos de la cloramina, como usar gafas de natación en la piscina o ducharse siempre, antes y después del baño.

Los niveles de cloramina son más elevados en las piscinas cubiertas. Las altas temperaturas y la falta de higiene de los bañistas son dos de los principales motivos por los que su concentración puede aumentar. Las cloraminas, especialmente bajo la forma de tricloramina, pueden provocar además de los problemas oculares, irritación en la piel y también problemas en las vías respiratorias».

 

Qué pasa si el cloro está alto en una piscina

 

Consejos para prevenir y aliviar los ojos rojos:

  1. Usa gafas de natación: Las gafas de natación son una excelente manera de proteger tus ojos del agua de la piscina. Al usar gafas, evita el contacto directo del agua con tus ojos, lo que reduce la conversión causada por el cloro y otros productos químicos presentes en el agua.
  2. Asegúrate de que la piscina esté bien mantenida: Una piscina correctamente mantenida con niveles adecuados de cloro y un pH equilibrado puede reducir significativamente la irritación ocular. Si tienes tu propia piscina, asegúrate de seguir las recomendaciones del fabricante y realiza pruebas regulares del agua para garantizar un equilibrio químico adecuado.
  3. No te frotes los ojos: Si tus ojos se ponen rojos después de nadar, evita frotarlos, ya que esto puede empeorar la irritación. En su lugar, enjuaga tus ojos con agua limpia para eliminar cualquier residuo de cloro o productos quimicos.
  4. Usa lágrimas artificiales: Si sientes secuela o irritación ocular después de nadar, puedes usar lágrimas artificiales para proporcionar alivio. Estas gotas ayudan a lubricar los ojos y pueden reducir la irritación.
  5. Dúchate antes y después de nadar: Tomarse una ducha rápida antes de ingresar a la piscina puede ayudar a reducir la cantidad de compuestos orgánicos, como el sudor o el aceite corporal, que ingresan al agua y se combinan con el cloro. Después de nadar, dúchate nuevamente.

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El pegamento de las pestañas postizas puede afectar los ojos

Están de moda las extensiones de pestañas, las hay sintéticas, de seda y hasta de visón, con cristales de Swarovski o con perlas, de diferente extensión y curvatura. Pueden tener una longitud de 9 a 16 milímetros y grosores a partir de 0,07 milímetros. Estas pestañas postizas pueden ofrecer una mirada más intensa y seductora, pero hay que tener mucho cuidado con el pegamento.

Algunos de estos pegamentos que se utilizan para colocar las extensiones contienen compuestos químicos como el formaldehído, que pueden causar reacciones alérgicas. Cada vez son más frecuentes los casos de mujeres que acuden al oftalmólogo con inflamación de párpados, conjuntivitis o lesiones en la córnea.

Hay que tener muy en cuenta si la persona tiene un perfil alérgico, si el pegamento que se usa no es el adecuado, o simplemente que la higiene del centro donde las colocan o los instrumentos que se utilizan no sean los adecuados. Por otro lado, el peso de las extensiones también puede causar problemas y provocar el efecto contrario al deseado, que es la pérdida de las pestañas naturales. Últimamente los casos de afecciones oculares por las pestañas están aumentando en España, pero son el Reino Unido y Japón los que cuentan con más casos descritos.

Esteticistas consultados sobre este tema, coinciden con los oftalmólogos en lo relacionado con el pegamento, recomiendan que estén certificados y testados y advierten que las personas alérgicas son además muy sensibles a este tipo de productos, que pueden provocar descamación o inflamación del párpado. Por esta razón recomiendan preguntar siempre al cliente si padece algún tipo de alergia.

Si durante el procedimiento de colocar las extensiones en las pestañas se introduce pegamento en los ojos, esta situación podría provocar una reacción irritativa o inflamatoria a nivel de la conjuntiva y/o la cornea. El ojo puede ponerse rojo acompañado de picor, escozor y sensación de cuerpo extraño. Debes proceder inmediatamente a un lavado abundante con solución salina o en su lugar agua del grifo para diluir el pegamento, utiliza un colirio hidratante y acude a tu oftalmólogo para una mejor valoración de la situación. Si necesitas ayuda urgente puedes acudir a CEDILÁS, nuestro centro de oftalmología en Barcelona.

Qué son las miodesopsias o moscas volantes?

Oftalmólogo Barcelona – Cedilás Oftalmología

Las miodesopsias, “moscas volantes” o “cuerpos flotantes”, constituyen un síntoma visual muy frecuente. Consisten en la aparición en el campo visual de pequeños puntos o manchas, hilos o telarañas que pueden adoptar distintas formas y tamaños, generalmente son de color negro o gris y suelen desplazarse con los movimientos oculares. Se aprecian con mayor facilidad cuando miramos superficies de color blanco o zonas claras que faciliten el contraste.

La causa más frecuente es el envejecimiento del humor vítreo, se trata de gel que rellena la parte posterior del globo ocular por detrás del cristalino, también se observan en personas miopes independientemente de la edad y en diversas patologías oculares.

En una persona joven el vítreo es un gel homogéneo adherido a la retina, sin embargo, con el paso de los años se produce su envejecimiento y estas adherencias a la retina se van rompiendo provocando un desprendimiento posterior de vítreo. Se forman lagunas de vítreo licuado, agregados de colágeno y condensación o grumos vítreos que son los que finalmente ocasionan las miodesopsias o moscas volantes en la mayoría de los pacientes.

 

 

La degeneración o sinéresis vítrea suele terminar con un desprendimiento posterior de vítreo. Cuando esta situación se presenta, la percepción de las miodesopsias en forma de moscas volantes o telarañas se hace evidente y pueden aparecer destellos luminosos o fotopsias como consecuencia de la tracción que ejerce el vítreo sobre la retina periférica. En estos casos es muy importante acudir al oftalmólogo, ya que un determinado porcentaje de pacientes pueden desarrollar una rotura o desgarro retiniano, que podría provocar un desprendimiento de retina.

 

Miodesopsias

 

Las miodesopsias o  moscas volantes, aunque pueden ser muy molestas, no tienen mayor consecuencia y no suelen tratarse, sin embargo hay ocasiones en que por su tamaño y número, comprometen la visión provocando problemas que afectan la calidad de vida. En estos casos se podría valorar la posibilidad de una vitreolisis con el láser YAG, cuyo objetivo es fragmentar estos “cuerpos flotantes” para que tengan menos incidencia en la visión. La otra opción más radical es la vitrectomía, cirugía que consiste sustituir todo el vítreo, eliminando completamente las miodesopsias. Sin embargo estos procedimientos especialmente la vitrectomía implican riesgos, por lo que solo se llevan a cabo en situaciones excepcionales.

 

Dr. Gustavo Vincent Pérez

Director Cedilás Oftalmología

¿Qué es el Glaucoma?

Dr. Gustavo Vincent – Oftalmólogo Barcelona

El glaucoma es una enfermedad ocular que produce una pérdida de visión de manera gradual, sin que necesariamente la persona experimente síntomas relevantes. Si no se instaura el tratamiento apropiado, el glaucoma puede llevar a la ceguera. Sin embargo hay una buena noticia, y es que realizando  exámenes oftalmológicos periódicos, se puede detectar la enfermedad de manera precoz y con el tratamiento adecuado preservar la visión. Si ya se ha producido algún tipo de daño en determinadas estructuras oculares, el tratamiento puede detener dicha progresión.

 Cómo funciona el ojo:

Para poder entender  el glaucoma, primero debemos tener cierta idea de cómo funciona el ojo humano. La gráfica que mostramos identifica las partes más importantes de su ojo:

La capa rígida que confiere el color blanco del ojo se llama esclera, su función principal es proteger el globo ocular. Por delante de esa capa se puede observar  una membrana transparente  y delicada llamada conjuntiva, que cubre la esclera visible en su totalidad. En la porción más anterior del ojo se encuentra la córnea, que es la parte transparente de la cubierta protectora del órgano y que permite que entre la luz hacia el interior.

El iris es la estructura que confiere los diferentes colores que presentan los ojos (marrón, verde, azul, etc.). Tiene la capacidad de contraerse y dilatarse para que la pupila regule la cantidad adecuada de luz que entra al ojo, como si fuera el diafragma de una cámara fotográfica. Estos estímulos luminosos se dirigen al cristalino que actúa como una lente, enfocándolas sobre la retina que es la capa que recubre la parte interna del ojo. Las fibras nerviosas de la retina transmiten la luz y las imágenes al cerebro por medio del nervio óptico.

La parte anterior del ojo está llena de un líquido transparente llamado humor acuoso, que se produce en el cuerpo ciliar y le da la consistencia al globo ocular.  El humor acuoso circula por la pupila y sale del ojo a través de un sistema de drenaje, formado por una malla de pequeños canales ubicados en el ángulo que forma el iris con la córnea.

Si la producción y el drenaje del humor acuoso es adecuado, la presión del ojo se mantiene a un nivel normal. La presión intraocular o PIO, depende de la cantidad de fluido que se encuentre dentro del mismo. Si el sistema de drenaje funciona adecuadamente, el fluido saldrá libremente sin acumularse. Por otro lado, si el humor acuoso se produce en cantidades adecuadas habrá un equilibrio que determinará que la PIO se mantenga estable.

 El  ojo y el Glaucoma:

En la mayoría de los diferentes  tipos de glaucoma, se produce una alteración en  el sistema de drenaje, que trae como consecuencia una obstrucción en la salida del humor acuoso, que se acumula dentro del ojo generando un aumento de la presión intraocular.

Más de un millón de fibras nerviosas provenientes de la retina salen de ella a través de una estructura denominada disco óptico o papila, para a continuación constituir el nervio óptico, que es el responsable de transmitir los estímulos visuales hacia el cerebro. En la medida que aumenta la presión intraocular esas fibras nerviosas que son muy sensibles empiezan a degenerar, y  si se mantiene la presión elevada mueren, resultando una pérdida de visión irreversible.

 Síntomas: 

El glaucoma suele afectar  ambos ojos, pero por lo general la presión intraocular se empieza a elevar primero en un ojo, si se producen daños, pueden causar cambios graduales en la visión. Con frecuencia, la visión periférica (lateral) se afecta inicialmente, por esta razón los cambios visuales suelen ser mínimos y pasar desapercibidos. Con el tiempo la pérdida de visión periférica se incrementa y si la presión ocular no se controla adecuadamente podrá afectar la visión central y en fases más tardías, ceguera.

En los tipos menos frecuentes de glaucoma se pueden presentar síntomas más evidentes, como visión borrosa, dolor ocular, cefaleas, náuseas, vómitos, halos alrededor las luces e incluso pérdida repentina de visión.

Diagnóstico:

Ante una sospecha de glaucoma, su oftalmólogo revisará su historia clínica y realizará un examen integral de la visión. También están indicados los siguientes exámenes:

  • Tonometría, para valorar la presión intraocular.
  • Campimetría computarizada, para analizar posibles alteraciones del campo visual.
  • Paquimetría, para valorar el grosor corneal.
  • Gonioscopía, para inspeccionar el ángulo de drenaje.
  • Pruebas de imagen (OCT, GDX, HRT), para analizar posibles daños del nervio óptico.

Tratamiento:

Una vez el glaucoma ha producido un daño en el nervio óptico, este no se puede revertir. Sin embargo un tratamiento adecuado y controles periódicos pueden ralentizar o detener  la progresión de estos daños, especialmente si la enfermedad se encuentra en fases tempranas.

El tratamiento de primera elección para el glaucoma es base de colirios (gotas), con la finalidad de disminuir la presión ocular, ya sea  mejorando  el drenaje del humor acuoso y/o disminuyendo su producción. Dependiendo del valor de la presión ocular que se desea obtener, puede ser necesario administra más de un colirio.

Entre los tratamientos antiglaucomatosos utilizados con más frecuencia destacan:

  • Análogos de las Prostaglandinas: Disminuyen la presión ocular al aumentar  la salida del humor acuoso. Los medicamentos de esta categoría incluyen latanoprost, travoprost, bimatoprost, etc. La dosis habitual es 1 gota cada 24 horas.
  • Betabloqueantes: Disminuyen la presión ocular al reducir la producción de humor acuoso. Este grupo incluye el timolol y el betaxolol. La dosis habitual es 1 gota cada 12 horas.
  • Agonistas alfa adrenérgicos. Reducen la producción de humor acuoso y aumentan el drenaje. Entre estos tenemos la apraclonidina y la brimonidina.  La dosis habitual es 1 gota cada 12 horas.
  • Inhibidores de la anhidrasa carbónica. Su mecanismo de acción es la reducción de la producción humor acuoso. Algunos ejemplos son dorzolamida y brinzolamida. La dosis habitual es 1 gota cada 12 horas.

 Cirugía y otros tratamientos:

Otras opciones de tratamiento pueden ser la terapia con láser y varios procedimientos quirúrgicos. Las siguientes técnicas tienen el objetivo de mejorar el drenaje del humor acuoso, lo cual disminuye la presión intraocular:

  • Terapia con láser. La trabeculoplastia con láser puede ser una opción. El procedimiento consiste en dilatar la abertura de los canales obstruidos en la malla trabecular, facilitando de esa manera la salida del humor acuoso.
  • Cirugía de filtración. Es un procedimiento quirúrgico llamado Trabeculectomía, con el que se crea un pequeño orificio en la esclera y se extrae parte de la malla trabecular creando una nueva vía de drenaje del humor acuoso.
  • Válvulas de drenaje. En esta intervención se inserta una pequeña válvula que se comunica al exterior del ojo por un diminuto tubo, creando de esta manera un nuevo punto de drenaje del humor acuoso.

Prevención del Glaucoma:

Para realizar una adecuada prevención del glaucoma se debe priorizar a los siguientes grupos de pacientes:

  • Personas con familiares directos que hayan padecido Glaucoma.
  • Mayores de 60 años.
  • Hispanos de edad avanzada.
  • Personas de ascendencia africana.
  • Diabéticos.
  • Que usen corticoides de manera prolongada.

En líneas generales los oftalmólogos recomendamos realizar controles oftalmológicos cada 1 o 2 años especialmente a partir de los 35 años de edad.

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La fatiga visual, un síndrome ocular global

 

Es una realidad que cada vez con más frecuencia las pantallas de diversos equipos y herramientas de trabajo como ordenadores, smartphones y tabletas, ocupan un lugar de protagonismo en la vida cotidiana de las personas. Y también es cierto que la inclusión de estas tecnologías se traduce en un avance importante en las comunicaciones y en la agilización del trabajo cotidiano.

Sin embargo, el uso excesivo de estos aparatos aumenta las posibilidades de desarrollar fatiga visual o astenopia, patología catalogada como el síndrome del mundo contemporáneo, ya que se trata de un conjunto de síntomas provocados por la alta exposición de los ojos a dichos equipos.

De hecho, la fatiga visual es ya una afección reconocida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dentro del grupo de enfermedades laborales. Diversos estudios estiman que esta patología constituye el problema laboral más frecuente en los países desarrollados, sin duda por el uso extendido de la visión próxima y las pantallas digitales en los centros de trabajo.

Parpadear para lubricar

La función visual es una actividad en la que se hace necesaria la conjunción de muchos y variados factores. En ocasiones, aunque la agudeza visual es correcta, se tiene la sensación de que la visión no es cómoda, sobre todo, en distancias cortas o intermedias, esta sintomatología con frecuencia es debida a la astenopia. A pesar de que este término significa visión débil, no se refiere a la disminución de la función visual propiamente, sino a las molestias causadas por un esfuerzo voluntario del aparato visual para acomodar y ajustar la visión.

Según los expertos, las personas que trabajan con pantallas, disminuyen considerablemente la frecuencia de parpadeo, el cual tiene como principal función lubricar el ojo. El ritmo normal de parpadeo es de una media de 20 veces por minutos, sin embargo cuando se está trabajando frente a una pantalla de ordenador el ritmo disminuye a 5 veces por minuto favoreciendo que la superficie ocular se reseque y genere sensación de ardor.

Síntomas

Una persona con astenopia puede presentar diversos síntomas: visión borrosa, visión doble, sensación de presión ocular, ojos cansados, molestia ante la luz, dolor, sensación de arenilla, sequedad, irritación, ojos rojos, sensación de quemazón, párpados pesados y lagrimeo.

También pueden observarse molestias generales, que van desde dolor de cabeza, náuseas y vértigo hasta rigidez y dolor en hombros, cuello, espalda, brazo, muñeca y mano. Estas molestias pueden surgir al final del día o de la jornada laboral.

Como prevenir

Ante cualquier síntoma de fatiga visual, la recomendación es acudir a un oftalmólogo, de manera que este realice un estudio detallado de la dolencia y pueda establecer el tratamiento a seguir. Sin embargo, los especialistas proponen algunas prácticas básicas, que ayudan a prevenir dichos síntomas:

  • Es fundamental tener buena luz a la hora de sentarse a trabajar frente al ordenador, ya que los altos contrastes de iluminación generan un mayor esfuerzo visual que puede provocar molestias asociadas.
  • Regule el brillo y contraste de las pantallas, pues a menor contraste mayor comodidad para los ojos.
  • Hacer pausas de unos 10 minutos por cada hora de trabajo, enfocando la visión sobre objetos a distancia, para de esta manera descansar la vista.
  • Mantenga los ojos lubricados, parpadeando repetidamente para evitar la sequedad. La utilización de lágrimas artificiales es un complemento eficaz para el tratamiento del ojo seco.
  • Mantenga las pantallas a un mínimo de 50 cm de distancia de los ojos.
  • Coloque todo el material de trabajo tan cerca de la pantalla como sea posible, para minimizar los movimientos de la cabeza y de los ojos y también los cambios de enfoque.

 

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Al trabajar frente al ordenador debe tener una silla con un respaldo adecuado que facilite sentarse en una postura equilibrada. Es importante que pueda regular la altura del asiento y la alineación del respaldo. La espalda debe estar recta, con los pies apoyados sobre un soporte y con una posición del tórax que permita respiraciones profundas.

 

Dr. Gustavo Vincent Pérez

Director Cedilás Oftalmología

 

Primavera y conjuntivitis alérgica

Llegó la primavera, una estación maravillosa llena de vida y color pero también responsable de una afección muy incómoda y desagradable para las personas que la padecen, la conjuntivitis alérgica, que como su nombre indica, es una inflamación de la conjuntiva, membrana transparente que recubre la superficie ocular y el interior de los párpados. Es causada por una respuesta excesiva de nuestro organismo frente a un agente externo o alergeno, como el polen, pelo de animales domésticos, ácaros del polvo etc. Puede presentarse sola o acompañada de otras enfermedades alérgicas como la rinitis, la bronquitis asmática o el eczema.

El polen suele ser el alergeno más frecuente, la cantidad presente en aire puede determinar si se presentan o no síntomas, hay más probabilidad de mayores concentraciones de polen en el aire en los días calurosos, secos y ventosos. En los días húmedos, fríos y lluviosos la mayor parte se deposita en el suelo. Otros alérgenos frecuentes son, ácaros del polvo, pelo y descamación de animales domésticos, hongos, cosméticos y medicamentos (especialmente antibióticos).

Cuando los ojos se exponen a estos alergenos nuestro sistema inmunológico los detecta y se genera una respuesta inflamatoria, activándose los eosinófilos y los mastocitos entre otras células, de esta manera provocan la liberación de sustancias como las IgE y la histamina, desencadenando la aparición de los signos y síntomas típicos de la conjuntivitis alérgica.

El signo más característico es el picor, seguido de ojo rojo, papilas en conjuntiva tarsal, lagrimeo, secreción mucosa abundante, edema palpebral, fotofobia y sensación de cuerpo extraño. Suele ser bilateral y puede presentarse solamente en determinados meses del año y se le denomina estacional,  o durante todo el año, llamada perenne.

Diagnóstico de la conjuntivitis alérgica

Para realizar el diagnóstico correcto de una conjuntivitis alérgica debemos tomar en cuenta los síntomas que presenta el paciente, seguido de una historia clínica que valorare los antecedentes personales o familiares de otras enfermedades atópicas como asma, eccema y fiebre del heno. A continuación se realizará una exploración oftalmológica con la lámpara de hendidura, para detectar vasos conjuntivales dilatados, papilas, edema de párpados, secreciones, queratitis, etc.

Una serie de pruebas complementarias podrían ayudar a confirmar el diagnóstico y descubrir el agente causal, podemos realizar una valoración de los eosinófilos y de la IgE en un frotis conjuntival y en el  estudio de la lágrima, también se pueden valorar mediante una analítica completa. Otras pruebas que se pueden realizar son las de provocación conjuntival y las pruebas cutáneas de alergia como el Prick test, esta última consiste en realizar una pequeña punción a través de una gota del alérgeno depositada en la piel de la superficie interna del antebrazo, a continuación se realiza la lectura buscando áreas de enrojecimiento, hinchazón y picor, provocadas por el alergeno causal.

Tratamiento

En las formas leves de conjuntivitis alérgica el tratamiento con compresas frías puede ser suficiente o bien reducir la necesidad de fármacos. El tratamiento médico, suele ser tópico, en forma de colirios; los más utilizados son, antihistamínicos, vasoconstrictores, antiinflamatorios no esteroideos, corticoides tópicos y lágrimas artificiales.

El mejor tratamiento es evitar la exposición al alergeno, los síntomas  suelen disminuir si se reduce la exposición al mismo. En el caso de sensibilidad al polen, deben evitarse las zonas con hierba, árboles y flores,  deben mantenerse cerradas las ventanas del dormitorio y de los vehículos durante la estación polínica, el paciente debe intentar no salir de casa los días con altos recuentos de polen.

Puede conseguirse reducir la exposición a los ácaros del polvo doméstico con las siguientes medidas, limpieza a fondo de la vivienda eliminando el polvo de forma regular, preferiblemente mediante aspiradoras especiales. Evitar cortinas, alfombras y peluches en el dormitorio,  lavar la ropa de cama a más de 60°C,  utilizar fundas impermeables a los ácaros en colchones y almohadas. Evitar los animales domésticos, los perfumes, los maquillajes, y durante las crisis no usar lentes de contacto.

Dr. Gustavo Vincent Pérez

 

¿Por qué abrimos los ojos cuando tenemos miedo?

 

El miedo se manifiesta a través de diferentes respuestas fisiológicas, que pueden ser muy diferentes, dependiendo de la persona en cuestión. Pero es cierto que otras son invariables para la generalidad de los humanos: ante una sensación de miedo, nuestros ojos se abren más de lo normal.

Dispuestos a llegar al fondo de este comportamiento, investigadores de la Universidad de Cornell (EEUU) detallan, en un artículo publicado en la revista Psychological Science, el motivo por el que nuestros ojos se abren cuando tenemos miedo y por qué se estrechan o cierran cuando algo nos enfada.

Ambas expresiones faciales, opuestas entre sí, se basan en las respuestas emocionales de nuestros ojos ante distintas situaciones. Cuando nuestros ojos se abren más de lo normal, como sucede cuando tenemos miedo o sentimos que estamos en peligro, responde a que nuestro campo visual se amplía y también nuestra sensibilidad ocular; éste cambio lo realizan los ojos para identificar y ubicar el peligro que nos rodea, funcionando como un mecanismo de defensa.

Por el contrario, cuando nuestros ojos se estrechan, como cuando estamos discutiendo o enfadados por algo, nuestros ojos bloquean la luz y enfocan un punto que determina el origen de nuestro descontento.

Los investigadores afirman que ambas reacciones han surgido de la adaptación a los estímulos de nuestro entorno y no como señales de comunicación social, lo que conllevaría que las emociones son las que desencadenan estas expresiones faciales que lo que hacen es aprovecharse de las propiedades útiles de la luz dependiendo de la situación.

Cedilás Oftalmología

Director: Dr. Gustavo Vincent Pérez

Revisión oftalmológica en niños, cuando?

Los primeros años en la vida de un niño representa el período más crítico en el desarrollo del sistema visual. Es importante realizar una primera evaluación ocular al nacer, para descartar enfermedades congénitas, tumores, estrabismos, oclusión de vías lagrimales, etc. Habitualmente esos primeros controles los realiza el pediatra. Si no se detectan alteraciones, la primera evaluación por el oftalmólogo se puede diferir hasta los 2 años y posteriormente una segunda a los 4 años, edad en que el niño colabora de manera más activa.

Las alteraciones visuales más frecuentes en este grupo de edad son los defectos  refractivos, como la hipermetropía, la miopía y el astigmatismo. Estos defectos se caracterizan por provocar dificultades en el enfoque de los objetos y las imágenes que perciben, esta situación puede solucionarse con relativa facilidad mediante la prescripción de gafas correctoras, que proporcionarán una agudeza visual nítida, permitiendo un adecuado funcionamiento y desarrollo de la visión, y evitando problemas irreversibles como la ambliopía (ojo vago).

Existen determinadas situaciones en que los padres deben llevar a sus hijos a una valoración oftalmológica independientemente de la edad:

  • Si el niño presenta una desviación ocular.
  • Si presenta dificultad en visión lejana o cercana.
  • Diferencias en la visión de un ojo respecto al otro.
  • Cefaleas frecuentes.
  • Ojos rojos, secreciones o lagrimeo.
  • Reflejo pupilar blanquecino.
  • Movimientos incontrolados de los ojos.
  • Anomalía de los parpados o las pestañas.
  • Antecedentes familiares de miopía, hipermetropía o astigmatismo.
  • Antecedentes familiares de enfermedades oculares relevantes.

La visión en los seres humanos es un proceso complejo, una buena visión no se mide solamente por la agudeza visual, sino también por otros factores que convierten la visión en una destreza aprendida durante el desarrollo y que capacita al niño para obtener información, identificarla, interpretarla y comprenderla. Los niños que no tienen una buena agudeza visual suelen tener dificultades en el aprendizaje, en los deportes, o incluso en las relaciones sociales con otros niños.

Dr. Gustavo Vincent Pérez

Primera intervención ocular mediante un robot

 Los cirujanos oftalmológicos del  Hospital Universitario  de Lovaina (Bélgica) han sido los primeros en utilizar un robot quirúrgico para operar a  un paciente con una oclusión de una  vena retiniana. El robot utiliza una aguja de apenas 0,03 milímetros para inyectar un fármaco trombolítico (Ocriplasmina) en la vena retiniana afectada. Investigadores de la Universidad Católica de Lovaina desarrollaron el robot y la aguja específicamente para este procedimiento. 

La operación fue exitosa y es una primicia mundial. Demuestra que es técnicamente posible disolver con seguridad un coágulo sanguíneo de una vena retiniana utilizando un soporte robótico. Un ensayo de fase II ahora tiene que mostrar cuál es el impacto clínico para los pacientes con oclusión de vena retiniana, un trastorno que puede conducir a la ceguera. 

La oclusión de vena retiniana es provocada por un coágulo sanguíneo, esta situación puede conducir a una visión reducida o incluso ceguera en el ojo afectado. Actualmente, el tratamiento consiste en inyecciones intravítreas mensuales en el ojo que sólo reducen los efectos secundarios de la trombosis. Hasta hace poco, disolver el coágulo sanguíneo no era posible. 

Investigadores de estas universidades están estudiando la canulación de la vena retiniana (RVC), un tratamiento revolucionario que trata la causa de la oclusión venosa mediante la eliminación del coágulo sanguíneo. La RVC es un método prometedor que requiere que el cirujano ocular inserte una aguja ultrafina en la vena e inyecte un medicamento para disolver el coágulo sanguíneo.

Esta es una verdadera hazaña, porque una vena retiniana tiene sólo 0.1 milímetros de diámetro (similar a un pelo humano). Ningún cirujano puede inyectar manualmente un fármaco en una vena tan delgada mientras mantiene la aguja perfectamente quieta durante 10 minutos. El peligro de dañar la vena o la retina sería simplemente demasiado alto.

Esta es la razón por los investigadores del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Católica de Lovaina desarrollaron un dispositivo robótico que permite al cirujano insertar la aguja en las venas de una manera muy precisa y estable. Una vez que la aguja se inserta, el robot puede mantenerla perfectamente inmóvil.

A diferencia de la mayoría de los robots quirúrgicos, no hay necesidad de un joystick para operar el dispositivo. El cirujano ocular y el robot pueden conjuntamente manipular el instrumento. El cirujano guía la aguja en la vena mientras que el robot elimina cualquier vibración de la aguja, aumentando así el nivel de precisión en más de diez veces. Después de bloquear el robot, la aguja y el ojo se estabilizan automáticamente. El cirujano puede entonces inyectar el producto en la vena de una manera controlada.

Los investigadores también encontraron una manera de fabricar una aguja de inyección ultrafina, la punta de la aguja es de apenas 0,03 milímetros de ancho (tres veces más delgado que un cabello humano). El robot es el resultado de siete años de investigación y una colaboración entre ingenieros y oftalmólogos. El ensayo actual de fase I pretende demostrar que es técnicamente factible utilizar un dispositivo robótico para insertar una microaguja en la vena retiniana e inyectar el producto Ocriplasmina para disolver el coágulo sanguíneo.

El 12 de enero de 2017 el procedimiento se realizó por primera vez en el Hospital Universitario de Lovaina. El paciente ha tenido una buena evolución y ya ha podido comenzar el proceso de  rehabilitación ocular. En un ensayo posterior de fase II los médicos estudiarán los efectos clínicos del procedimiento.

Según el profesor Peter Stalmans, cirujano oftalmológico del Hospital Universitario de Lovaina, «El tratamiento actual para la oclusión de una  vena retiniana cuesta a la sociedad 32.000€ por ojo. Este es un precio alto, teniendo en cuenta que sólo se están tratando los efectos secundarios y hay poco más que se puede hacer que evitar la reducción de la visión. El dispositivo robótico finalmente nos permite tratar la causa de la trombosis en la retina. Espero con ansiedad el siguiente paso, si tenemos éxito, literalmente seremos capaces de conseguir que pacientes ciegos vuelvan a ver «.

El profesor Dominiek Reynaerts del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Católica de Lovaina señaló que, «Estamos extremadamente orgullosos de que nuestro robot nos permita realizar una cirugía ocular que antes era imposible llevar a cabo con seguridad. «Esto nos sitúa un paso más cerca de la comercialización de esta tecnología innovadora. Esperamos poder realizar otros procedimientos revolucionarios con este dispositivo robótico y mejorar la calidad de los tratamientos quirúrgicos existentes”.

Dr. G. Vincent Pérez

Nuevos Inlays Corneales para tratar la vista cansada

 

Hasta hace poco tiempo las opciones para tratar la presbicia consistían en gafas de  lectura, corrección con láser o lentes intraoculares multifocales. Hoy en día disponemos de una alternativa más segura, menos invasiva y reversible, los Inlays Corneales, también llamados implantes intracorneales. Son pequeños dispositivos que se introducen quirúrgicamente entre las capas de la córnea para el tratamiento de la presbicia.

Dos Inlays Corneales están actualmente en el mercado con la aprobación de la FDA de EEUU, uno de ellos es el Inlay KAMRA ™ (AcuFocus ™, Irvine, California) es un dispositivo de color oscuro, en forma de donut, implantado en un corte corneal en forma de bolsa. El Inlay se inserta en el ojo no dominante del paciente, y la apertura generada permite una mayor profundidad de enfoque, mientras que la preservación de la visión de distancia se realiza mediante el bloqueo de los rayos de luz desenfocados que entran en el ojo. El dispositivo consta de miles de agujeros microscópicos para permitir que los nutrientes y el oxígeno fluyan libremente.

El segundo inlay es el Raindrop® Near Vision (ReVision Optics, Lake Forest, California) consiste en un disco refractor fabricado  con un material que contiene un 80% de agua, similar a una lente de contacto blanda. Al igual que el Inlay KAMRA, el cirujano debe crear un flap o solapa en la cornea para insertar el dispositivo en el ojo no dominante del paciente. El Inlay Raindrop® Near Vision altera el poder refractivo del ojo modificando la curvatura de la córnea, permitiendo así que el ojo enfoque objetos cercanos sin necesidad de gafas de lectura.

En resumen, tanto el Inlay KAMRA como el Inlay Raindrop Near Vision, son dispositivos capaces de corregir la presbicia de forma satisfactoria, más segura y menos invasiva, con la ventaja añadida de que es reversible y no altera el poder refractivo del ojo de forma permanente. Los estudios de la FDA se han completado, ahora la comunidad oftalmológica  decidirá en los próximos años, según los resultados, la generalización de estos implantes.

 

Dr. G. Vincent Pérez

 

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