Cloro, sudor y orina en las piscinas causan irritación ocular

Estamos en pleno verano, las piscinas a tope y con ella las partidas de cartas al sol, las siestas a la sombra y los refrescantes chapuzones. Hasta ahí, todo suena muy bien. Pero lamentablemente el “pack” también incluye otros aspectos no tan bienvenidos, como la rojez de ojos, y no culpes al exceso de cloro. La verdadera causa que explica esta molestia son las cloraminas, un compuesto químico que se genera por la presencia de orina y sudor en el agua.

 

Ojo rojo: clasificación, síntomas y tratamiento

 

El cloro es un desinfectante utilizado en piscinas para mantener el agua limpia y libre de bacterias. Sin embargo, también puede irritar los ojos, especialmente cuando se encuentra en niveles elevados. El cloro libre que está en el agua se combina y reacciona s con compuestos ricos en nitrógeno como el sudor y la orina, formándose productos químicos irritantes, como las cloraminas, que pueden causar enrojecimiento y picazón ocular.

Especialistas en oftalmología advierten, de que a mayor exposición a este tipo de elementos, se incrementa el riesgo a sufrir problemas oculares. La recomendación no pasa solo por limitar el tiempo que pasamos bajo agua, sino por tomar medidas que minimicen los efectos de la cloramina, como usar gafas de natación en la piscina o ducharse siempre, antes y después del baño.

Los niveles de cloramina son más elevados en las piscinas cubiertas. Las altas temperaturas y la falta de higiene de los bañistas son dos de los principales motivos por los que su concentración puede aumentar. Las cloraminas, especialmente bajo la forma de tricloramina, pueden provocar además de los problemas oculares, irritación en la piel y también problemas en las vías respiratorias».

 

Qué pasa si el cloro está alto en una piscina

 

Consejos para prevenir y aliviar los ojos rojos:

  1. Usa gafas de natación: Las gafas de natación son una excelente manera de proteger tus ojos del agua de la piscina. Al usar gafas, evita el contacto directo del agua con tus ojos, lo que reduce la conversión causada por el cloro y otros productos químicos presentes en el agua.
  2. Asegúrate de que la piscina esté bien mantenida: Una piscina correctamente mantenida con niveles adecuados de cloro y un pH equilibrado puede reducir significativamente la irritación ocular. Si tienes tu propia piscina, asegúrate de seguir las recomendaciones del fabricante y realiza pruebas regulares del agua para garantizar un equilibrio químico adecuado.
  3. No te frotes los ojos: Si tus ojos se ponen rojos después de nadar, evita frotarlos, ya que esto puede empeorar la irritación. En su lugar, enjuaga tus ojos con agua limpia para eliminar cualquier residuo de cloro o productos quimicos.
  4. Usa lágrimas artificiales: Si sientes secuela o irritación ocular después de nadar, puedes usar lágrimas artificiales para proporcionar alivio. Estas gotas ayudan a lubricar los ojos y pueden reducir la irritación.
  5. Dúchate antes y después de nadar: Tomarse una ducha rápida antes de ingresar a la piscina puede ayudar a reducir la cantidad de compuestos orgánicos, como el sudor o el aceite corporal, que ingresan al agua y se combinan con el cloro. Después de nadar, dúchate nuevamente.